martes, 14 de marzo de 2017

El escudo de Aquiles

Capítulo XVIII de la Iliada

Como comentabamos en el último texto; se podría decir que la primera forma de crítica de arte fue la realizada por Homero al describir el escudo de Aquiles en el canto XVIII de la Iliada.
(se adjunta una página externa al blog donde podrán consultarlo)

Cuando Homero decide meter una obra de arte dentro de otra obra de arte, no sólo inventó un nuevo género literario, la ékphrasis, o descripción poética de una obra de las artes plásticas, sino que sentó un precedente que tendría consecuencias inmediatas, como por ejemplo fue la descripción del Escudo de Heraklés, la cual se le atribuye a Hesíodo.

En el capítulo a tratar hoy, se nos relata el forjado de un escudo por parte del dios Hefesto para Aquiles a petición de su madre, Tetis; así como también una armadura.
Homero describe el escudo como una obra de un dios, y no de uno cualquiera, sino de Hephaistós, (el Vulcano de los romanos), dios de la forja y de las artes del metal, gran y formidable artesano. Todo lo que sale de las manos de este dios es técnicamente perfecto.
Al recalcar estas virtudes, Homero parece querer disuadirnos de buscar fuentes y paralelos a la obra de arte descrita, ya que esta sería perfecta y no sería posible concebirla en la realidad. Homero puede haber inventado el escudo; pero, el que sepa algo de este escritor comprenderá que no es algo probable. No suele desentenderse ni distanciarse de la vida humana y del mundo real, ni siquiera cuando se trata de los dioses. Por eso, resulta difícil de creer que la imagen del escudo naciese en su mente sin basarse en otros relatos orales, otros escudos o en elementos reales antiguos o modernos para él.
Las opiniones acerca del escudo de Aquiles están dividas entre los apostantes al mundo micénico y los del mundo del arte geométrico y orientalizante que le tocó vivir.
Con el primero habría que destacar a Miss Lorimer (actualmente una galería de arte lleva este nombre), para quien el escudo es una pieza tradicional.
Hoy en día la opinión más alabada es la segunda; en la que se destacan los círculos que conforman el escudo, práctica típica en la época orientalizante.
Volviendo a la descripción del escudo; los versos narran con detalle las escenas civicas, agrarias y pastoriles. Un microcosmos de la vida cotidiana de la época, unas escenas bélicas y unas escenas astronómicas.
El escudo consta de 5 circulos diferenciados por su temática:
1-En la primera franja encontramos una pequeña descripción astronómica de la Tierra, el Sol, el cielo, la Luna llena y algunas estrellas y constelaciones, entre las cuales destaca especialmente la Osa Mayor.
2-En la segunda franja encontramos dos ciudades. En la primera describe diversas escenas que representan los momentos pacíficos de la ciudad; en la segunda ciudad describe la otra cara de la vida en la ciudad, la guerra.
3-En la tercera franja se nos describen escenas idílicas de la vida rural y el trabajo en el campo del mundo griego.
4-En la cuarta franja se nos vuelven a describir escenas de la vida rural pero esta vez en su vertiente ganadera.
5-En la orla del escudo, la última franja, está representado el Océano, envolviéndolo todo acorde a la concepción del cosmos que tenían los griegos según el cual el Océano rodeaba el mundo conocido.

Como ya hemos recalcado antes, se trata de una fuente de información en exceso valiosa para reconstruír la vida cotidiana de los tiempos de Homero.

Así, concluimos, pues, este breve estudio sobre un episodio de uno de los más famosos libros de la cultura occidental y un gran episodio para la crítica y la historia del arte. Podríamos decir que se trata de la representación de uno de los cuadros de costumbres más antiguos que se conoce y del inicio de  la crítica del arte.

1 comentario:

  1. Un artículo bello a la par que claro, con una redacción muy buena y que a merecido los minutos que en el he empleado, espero ver más como este próximamente

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