lunes, 20 de marzo de 2017

Un poco de historia



''El crítico de arte''
Norman Percevel Rockwell, 1955


La crítica de arte como profesión empezó en el siglo XVIII con la aparición de las primeras exposiciones artísticas públicas temporales y periódicas. Pero fue la nueva corriente de rebeldía en contra de la sacra Belleza, del eterno Sublime y Pintoresco dentro del arte lo que impulsó esta actividad.
En 1766, G. Ephrain Lessing publicó el Laocoonte o sobre las fronteras de la poesía y la pintura, en donde afirmaba que era pobre el asociar tradicional del arte exclusivamente a lo bello, así como que el deber de lo estético era el de abastecer de libertad al propio arte, una libertad infinita e  insaciable.
En definitiva, que los críticos de arte como La Font de Saint-Yenne se conformaron con satisfacer las necesidades de un público cambiante y ajeno a la cultura del arte, así como a un mercado de arte también cambiante. Antes, la crítica de arte se daba en un ambiente íntimo entre el artista y el cliente, el cual además del dinero también negociaba cada uno de los detalles de la obra a realizar. Con la creación de la crítica de arte se invirtieron estos papeles, de manera que lo antes íntimo se tornó anónimo y abstracto y por lo tanto, muy difícil de contentar debido a su aleatoriedad y diversidad.
Como Terry Eagleton bien afirmó, el papel original de la crítica era el de herramienta de combate contra el estado Absolutista que luego se convirtió en  parte importante del debate cultural especializado, más centrado en el arte en sí, ya en el siglo XIX.
En 1761, Diderot llegó a la conclusión de que tanto él como sus predecesores deberían juzgar sobre lo que se les ofrece, sin un mínimo respiro reflexivo. Siendo sus opiniones nunca definitivas y mucho menos poseyendo la verdad absoluta. Aquí cabe enuncia a Hans Belting y Arthur C. Danto.
''Brillo box''
Andy Warhol, 1964
Belting afirma la muerte de la historia del arte, no solo el hecho del final de las grandes historias sino que ya solo podemos percibir como artístico aquello que es mera imagen. Danto, por su parte, aclara que el arte no es cualquier cosa sino cualquier intención, lo que llevaría al crítico a determinar el sentido de esa intención, algo que compite a un filósofo o a un psicólogo. En estos casos los críticos delegan en los políticos que se encargan de determinar ‘’lo políticamente correcto’’ para la comunidad.

Danto llegó a su filosofía después de contemplar la exposición de ‘’Brillo box’’ de Andy Warhol  en la que se mostraban dos principios más importantes del arte moderno: la institución de lo banal y la moderna idea de que arte es lo que llamamos arte pues esa es la intención del artista. De nuevo la intención.

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