El crítico de arte ha sido desde siempre
el que decide en la historia del arte, las obras que eran “malas”, y las que
eran “buenas” e innovadoras, gracias a su conocimiento y entendimiento del arte.
Hoy en día
seguimos imaginándonos al crítico como una figura que impone, seria, que tiene
el poder de elevar a unos al estrellato y hundir a otros en la miseria. Pero…
¿es esto verdad? Estos críticos, y en este caso, críticos del arte ¿tienen tal
poder en la actualidad?
La respuesta
es: No. Esto ha cambiado.
Los críticos
en el pasado, eran percibidos como personas de un elevado grado social.
Personas cultas con poder que entendían de arte, mientras que una persona de a
pie no podía llegar a tener tales conocimientos. Ahora, en la actualidad, donde
estamos a rebosar de información, necesitamos al crítico, pero de otra
manera…. ahora son más bien
guías u orientadores artísticos, sin llegar a tener tal poder en el arte como
puede tenerlo un comisario. Siguen siendo respetados, pero no temidos.
Lo que más se busca de ellos es expresar o
informar de lo que el artista quiere transmitir, del cómo es una obra y en las
referencias que pueda tener. Es básicamente un mediador entre el artista y el
público. El crítico generalmente critica más bien por "amor al arte",
ya que el impacto mediático que pueda tener una crítica (con todas sus
características) al ser publicada, ya sea en un periódico o en una revista, en
la mayoría de los casos es mínimo.
A pesar de
que no tengan gran peso en el mercado del arte no quiere decir que no sean
importantes, siempre se tendrá en cuenta su conocimiento artístico, ya que son
capaces de difundir arte, acercar al publico a él y hacer que a grandes rasgos
lo entiendan.
Fragmento de
entrevista a H. D. Buchloh (profesor de Harvard y uno de los historiadores del
arte más influyentes del siglo XX)
P. ¿Cómo
casan sus críticas con el hecho de que su admirado Richter se haya convertido en uno de los valores más seguros del
mercado?
R. Podías comprarte un richter por
cinco mil dólares en 1975, por 10.000 en 1985 y por 100.000 en 1995. Y
entonces, de pronto se dio esa enorme revalorización [la
venta en 2015 de uno de sus cuadros por 39 millones lo convirtió en el artista
europeo vivo más cotizado]. Él mismo está horrorizado. Es ridículo.
P. ¿No teme que sus opiniones se lean
hoy como el lamento de un veterano de demasiadas guerras?
R. No me preocupa demasiado, porque
probablemente son eso precisamente. Historiadores y críticos ya no tenemos
ninguna influencia en el mercado.
P. ¿Y cuál es su función entonces?
R. La crítica ha perdido totalmente su
función. Los historiadores al menos enseñan, contribuyen a la construcción de
la memoria histórica de los estudiantes. Un crítico, en cambio, está envuelto
en el mercado, pero sin influencia sobre él. Puedo escribir 10 artículos
contra Jeff Koons y aún sería el artista mejor vendido.
P. ¿Quién es culpable de esa pérdida de
influencia?
R. El crítico ha sido desplazado a
medida que la sociedad se ha hecho más letrada. En el siglo XIX, la gente
necesitaba un especialista para juzgar qué hacía de un objeto algo valioso. La
educación visual de la gente ha mejorado hasta unos niveles que ya no se
necesitan expertos. Eso es positivo en cierto modo, lo que no es tan bueno es
que la decisión sobre cuándo un objeto es importante haya acabado en las manos
del mercado. Eso es peligroso.
Iker Seisdedos, (20 mar
2016), La crítica de arte ha perdido totalmente su función [Blog
post]. El País. Recuperado de http://cultura.elpais.com/cultura/2016/03/18/actualidad/1458314006_007665.html
Ver tambien vídeo de un post anterior: La precaria situación de la Crítica de Arte
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