domingo, 9 de abril de 2017

Arte y Edad Media: adiós al Teocentrismo.

El problema que atañe a este período es precisamente la no existencia del artista. El ‘’arte’’ se consideraba funcional, por lo que todo creador era un artesano al que se le encomendaba un proyecto.
A los artesanos no les correspondía inventar o crear nada, solo aplicaban el ars o los procesos técnicos, puesto que lo ‘’más conveniente ‘’ de situar en los espacios sagrados le correspondía decidirlo a los miembros de la Iglesia, los principales compradores en aquella época.
Los objetos que surgieran de esa habilidad e inteligencia del artesano servirían como mediación con el otro mundo y debían ser realizados con los materiales más finos, puros y magníficos.
El libro fue una de las más importantes expresiones formales.
 Bestiario.
 Entre el siglo V y X se produjeron dos acontecimientos que cambiarían los centros de poder en Europa, así como determinarían su futuro: una desoladora plaga y la conquista del sur de Europa por parte de la cultura árabe. Roma vio desplazada su hegemonía por los pueblos bárbaros (germanos) y su cultura, con la que se mezclaron y compartieron su concepto de imagen y signo. Este se volvió un sacramento que unía lo divino y lo humano. En el aspecto formal destacó el libro como máxima culminación, siendo esta una arte confidencial y privada.
A partir del siglo X apareció la escultura pública, además, los principales centros artísticos fueron los monasterios. Estos poseían los mayores ingresos, a diferencia del poder feudal, que presentaba perdidas debido a la fragmentación de sus bienes. En el siguiente siglo la principal aportación artística religiosa fueron las reliquias.
Aunque todo proceso artístico aun estaba muy unido al Teocentrismo, se produce un pequeño cambio mental, ya no se consideraba tan mal la idolatría, además se dejó un poco de lado ese rechazo a lo material, tan fomentado por los monjes.
Es por ello que se sumó el estamento de la burguesía al mercado artístico, desplazando los talleres de los artesanos de los centros religiosos a las ciudades, produciendo una fragmentación.
El arte ya no era puro pensamiento platónico, pensadores, como los franciscanos, veían en la imagen una unión entre los hombres y Dios. El hedonismo fomentó la desacralización del arte.
El pueblo comenzó a internalizar el cristianismo, lo que fomentó un individualismo, un recogerse en uno mismo para orar. Esto fue lo que aumentó la existencia de comisiones privadas para los artistas, siendo uno de los principales coleccionistas Carlos V.
 La internalización de la religión y de la oración también fomentó las capillas como principal representación artística. Lugares de recogimiento individual que, al igual que los libros (que estaban llenos de imágenes que producían admiración, terror, piedad… y que eran producto de los artistas), dejaban a los fieles el dejarse iluminar por si mismos.


Semeja algo muy frívolo pero resultó de suma importancia para el futuro del pensamiento occidental. Siento que este tema haya sido tratado muy desde la perspectiva de la historia del arte, pero no hay otra forma de abordarlo. Apenas existió crítica del arte al no concebir a los artistas como seres individuales y creativos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario