Como ya hemos
señalado anteriormente, el hecho de que la crítica de arte propiamente dicha hubiera
surgido durante el Romanticismo (Modernidad) no implica que anteriormente no
existieran antecedentes. Un ejemplo de esto fue Vasari, pues decía que no
quería hacer tanto un inventario de arte sino un juicio sobre el mismo. Es
decir, poseía una dimensión crítica.
Otro ejemplo
fue la publicación, en el siglo XV, de una descripción de las obras de Annibale
Carracci por parte del boloñés Giovanni Battista Agucchi, lo que supone una de
las primeras interpretaciones del repertorio artístico de un autor en concreto.
Sin embargo, el
primer autor en firmar una crítica fue La Font de Saint-Yenne.
En el
siglo XIX se produjo una confrontación
entre el nuevo formalismo en el estudio de la historia del arte, que eliminaba el
concepto de historiador como mero científico positivista (sin conciencia crítica);
y las nuevas ideas defendidas por Nietsche, que trataban de determinar el valor
puramente racional de una actividad científica. Esta situación causo una
división de pensamiento en los propios científicos encargados de analizar el
arte.
Ya en el siglo siguiente, dos de los más famosos
historiadores de arte, Lionello Venturi y Roberto Longhi debatieron sobre la
función e importancia de la crítica dentro de este campo. El primero, autor de Historia
de la crítica de arte, consideraba
que la crítica de arte debía poseer un carácter filosófico así como ser la base
para analizar su historia, estando siempre en consonancia con el arte
contemporáneo.
Longhi, por su parte, autor de Proposiciones para una crítica de
arte de 1950, utilizó esos mismos argumentos para refutar la teoría
de su compañero. «Las doctrinas se elaboran al margen de las obras, o, todo
lo demás, atisbándolas de lejos; la crítica, sin embargo, frente a ellas».Tratando
de expresar que Venturi, en su obra, no había hecho mas que señalar diferentes
doctrinas en lugar de una crítica.
Pero, ¿qué había causado que de repente, en medio del siglo
XX, se hubieran planteado la validez de la crítica de arte dos importantes
historiadores? Antes, el arte clásico estaba sujeto a unos principios y
doctrinas establecidos y, aunque si se podían apreciar pequeños intentos por
cuestionar las obras, no fue hasta la llegada de las vanguardias cuando tales
doctrinas acabaron patas arriba. Es posible que la incertidumbre de no saber a
que atenerse impulsara este pensamiento como una forma de diferenciar y separar
lo definido como arte y lo que no. Una actividad polémica, ya que no carecía de
subjetividad.
En cuyo caso ser crítico, no solo de arte, sino de cualquier
campo, implica tomar ciertos riesgos, incluso poder tener enfrentamientos con
el artista, el sujeto o la sociedad, pero es una profesión que promueve una
visión del mundo distinta, permitiendo el descubrir cosas nuevas, aspectos de
uno mismo o de la realidad que pasan desapercibidos. ¿Por qué? Porque se atreven
a cuestionar lo que todo el mundo acepta como verdadero e intocable.
Sinceramente, pienso que es una función que no debería dejar de existir, y,
puesto a que el criticar nunca dejará de producirse, mejor que lo ejerza una
persona competente, experimentada y estudiada.
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