domingo, 16 de abril de 2017

Hilton Kramer, el crítico que acabó con Basquiat

Trumpet, 1984
Él tenía de todo menos talento” definía así el crítico al artista poco después de la trágica muerte de este. Para Kramer, Jean-Michel Basquiat no era más que un estafador que aprovechándose de su físico, su raza y su labia consiguió entrar en el mundo del arte en esa época en la que se dana tanto Bombo al arte marginal. Este crítico, antes de que el artista muriera, ya había criticado negativamente su exposición en la galería Gagosian y el artista al leer su reseña cayó en una depresión de la que nunca saldría y marcó el comienzo de sudecadencia.
 Manchas marrones- retrato de Andy Warhol como un plátano,
1983
Después de Kramer, muchos otros críticos juzgaron duramente la obra de Basquiat desechando la premisa de que eso es arte y afirmando que su fama se debe más que nada por el color de su piel. Para demostrar la “aceptada” diversidad que hay en el mundo del arte y a día de hoy estratado esta especulación como un hecho. Sin embargo Basquiat no era solo un artista afroamericano, era una mezcla, en sus obras podemos a preciar tintes rituales muy ligados al arte africano pero, también está presente simbolismos de la cultura occidental (teniendo como referencia a artistas contemporáneos como Warhol, Pollock o Picasso), y sobre todo, no deja de ser arte callejero, arte para la calle, para la gente de la calle. Un tipo de arte que un crítico especializado que se fije en el estilo, la técnica y el físico del artista no puede llegar a apreciarlo. Como se suele decir, hay multitud de gustos además de prejuicios pero el educarlos de una manera u otra es responsabilidad de cada uno.

Notary, 1983



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