lunes, 17 de abril de 2017

La vanguardia artística y crítica en la España franquista.(I)

La vanguardia artística y crítica en la España franquista.(I)

Las revistas culturales son plataformas de difusión de las ideas cuyo análisis resulta imprescindible si queremos profundizar en la historia cultural de la época en la que se crean.
Señala Jordi Garcia (ensayista español dedicado a estudiar la histoia intelectual de la españa del siglo XX) señala que "desvanecer la memoria del pasado e inventar escritores y nuevas revistas, nuevos editores y nuevos comentaristas, lugares donde difundir rumores y escenarios en los que hacer evidente la aparición de una nueva España". Lo que quiere decir que era necesario la creación de nuevas revistas de arte para la creación de una nueva España. Sin embargo esta pretendida manipulación ideológica no resultó en muchos casos coincidente a lo que habían pensado.
La razón de esta paradoja estriba en la evolución intelectual que sufrieron muchos de los que inicialmente dieron su apoyo al régimen ganador de la guerra civil, la dictadura; lo que supondría la existencia de contradicciones internas dentro del propio sistema de la revista y del régimen.
Quizá el caso más importante fue el de la revista Revista. No es el caso, sin embargo, de la revista Punta Europa que se adhiere a la perfección a la órbita más conservadora de la España del momento (como fue el caso de las revistas Arbor o Ateneo). Con todo, un análisis de sus contenidos nos revela posiciones no siempre coincidentes.
La revista Punta Europa fue una revista cultural y política de periodicidad mensual que se publicó entre enero de 1956 y diciembre de 1967. Tanto el creador de la revista como el encargado de su dirección eran representates del tradicionalismo católico y todo el argumentario político de la revista rezuma un planteamiento ultramontano inconfundible. Sin embargo, pese a esto, había una discordancia cultural por su apertura que superaba los límites del franquismo. Precisamente lo que molestaba, era la actitud favorable hacia el realismo social que mostraba esta revista, lo que automaticamente se asociaba con el materialismo dialéctico.
Alejandonos de toda esta rama política que no nos concierne en este blog, nos preguntamos qué presencia tuvo la crítica de arte en la revista que es objeto de este post. Si bien fue menos importante que la crítica literaria y que, por supuesto, mucho menos importante que los artículos sobre temas políticos; se podría decir que tuvo la suficiente presencia como para reconocer en ella distintas direcciones del pensamiento artístico de la época. No hubo nunca una sección fija de crítica artística salvo la que llevó el pintor Manolo Millares. Cabe decir que fue él junto con Manuel García-Viñó los únicos que aportaron una visión crítica con cierta continuidad y que ésta se encuentra sobre todo en los cuatro primeros años de la existencia de la revista, después lo harían pero de forma mucho más esporádica.
En cuanto a Manolo Millares y su aportación a la crítica lo trataremos en otro texto.

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